La fertirrigación es una técnica que permite la aplicación de fertilizantes simultáneamente con el agua de riego, lo que permite aportar los nutrientes de manera parcializada y en sincronía con los requerimientos de las plantas. Esta característica hace que la fertirrigación, aprovechando los sistemas de riego presurizado, sea el método más racional para la fertilización de los cultivos.
Dentro de las múltiples ventajas de la fertirrigación, podemos nombrar algunas de las más relevantes:
- El agua y los nutrientes quedan perfectamente localizados en la zona de absorción de las raíces.
- Se pueden ejecutar planes de fertilización en sincronía con el estado fenológico del cultivo y en función de las curvas de absorción de cada uno de los nutrientes.
- Posibilidad de corregir rápidamente cualquier deficiencia nutricional de los cultivos.
- Utilización de aguas de mala calidad. Con un buen manejo y los conocimientos necesarios, podemos utilizar aguas que de otra forma no serían aptas para la agricultura.
- Al mejorar la eficiencia del uso de los fertilizantes, se minimiza el impacto ambiental de la producción agrícola, contribuyendo al cuidado del medio ambiente.
Como ya pudimos ver, las ventajas son amplias, aunque para una óptima utilización de la técnica se requiere de las siguientes consideraciones previas:
- Conocer las necesidades nutritivas de los cultivos y distribuir los fertilizantes en base a los requerimientos de cada etapa fenológica.
- Considerar las características del agua de riego utilizada (pH, conductividad eléctrica, etc.).
- Cierta expertiz en el uso de unidades de expresión y en el cálculo de aportes y dosificaciones de fertilizantes.
Si bien ya explicamos la base de la técnica de fertirrigación, existen dos métodos de encarar el aporte de los fertilizantes vía riego, estos son los siguientes:
Fertirrigación cuantitativa. Está basada en calcular las necesidades nutritivas de un cultivo en función de distintos parámetros, tales como: superficie, número de plantas, edad, aportes del suelo, consumo de nutrientes, etc. Una vez calculados los requerimientos, se expresan generalmente en kg/ha y se aplican distribuidos en los diferentes riegos del ciclo del cultivo o de cada etapa determinada.
Fertirrigación proporcional. Consiste en inyectar una cantidad de fertilizantes en un volumen determinado de agua, alcanzando la concentración deseada de nutrientes en el agua de riego, expresada en unidades proporcionales como pueden ser gramos por litro (g/L), partes por millón (ppm) o miliequivalentes por litro (meq/l). Es el modelo más utilizado en sistemas de cultivo sin suelo e hidropónicos, y en los últimos años ha sido implementado exitosamente en la fruticultura de precisión.
Por último, cabe mencionar que cuando se hace fertirrigación es clave llevar un monitoreo nutricional permanente, de modo de tener la información analítica necesaria para poder tomar decisiones, y así poder regular los aportes de fertilizantes en base a los nutrientes disponibles y la condición nutricional del cultivo.
Fuente: Jorge Moncada Kind, Jefe Técnico IRRIFER